CULTURAS URBANAS

Las culturas urbanas son agrupaciones principalmente de jóvenes que se originan desarrollan en la ciudad. Sus miembros se comportan de acuerdo a las ideologías, gustos musicales o deportivos de su subcultura. Las culturas urbanas surgen de la necesidad de identidad de los jóvenes y adolescentes.

Fenómeno sociológico, moda adolescente o rebeldía anti-sistema. Las tribus urbanas definen tendencias y se lanzan a la búsqueda de identidad y estilo.

Hasta ya entrados los años ´60, el concepto de juventud era bastante confuso. Para algunos era sinónimo de ser hippie o fanático del estridente rock and roll, para otros de locos o anarquistas. 

Fue por aquellos años que comenzó a definirse a la juventud como una etapa de la vida cargada de cuestionamientos, ideales, proyectos y excesos.

La definición de tribu urbana fue utilizada, en los comienzos de 1990 y aún es apropiada para aludir a estos fenómenos posmodernos en que los jóvenes son protagonistas mediante la renovada visión de viejos estereotipos o la creación de otros nuevos, con denominadores comunes como el consumo y la insatisfacción.

Como lo fueron los hippies de los años ´60, hoy son punks, floggers y emos algunas de las denominaciones de las tribus urbanas de mayor difusión en América Latina. Con territorios claramente delimitados y apariencias estéticas bien definidas, estos grupos sociales poseen un lenguaje propio, así como explicaciones de la realidad y hasta religiones muy personales.

 Tres características principales definen a una tribu urbana:

• Identificación: si los jóvenes logran reflejarse en una determinada manera de ser, pensar y hacer de sus pares, descubrirán que el aislamiento del resto de la sociedad los convierte en personas especiales, seres capaces de sobresalir sobre la media social estándar aún masificándose.

• Territorio: no existe tribu sin territorio. Y es esta pertenencia, no sólo geográfica sino social, la que logra cohesionar a los miembros de una tribu. Su nivel adquisitivo, su formación cultural, su historia personal, son puntos de apoyo en común para la construcción de una nueva y singular identidad.

• Redes sociales: en este punto ha tenido gran importancia la masividad de los medios de comunicación. El ordenador, los teléfonos móviles, las redes virtuales, han sido decisivos para la globalización de ideologías que manifiestan su insatisfacción con el sistema social vigente pero al cual fomentan con altísimos niveles de consumo.

PERSECUCIÓN A LAS CULTURAS URBANAS

La historia de una lucha. El rock en Ecuador nunca ha sido visto con buenos ojos. Y es que desde su llegada al país a mediados de los 60s, esta expresión cultural que propagaba valores revolucionarios para la juventud,ha sido catalogada de varias maneras: primero como un movimiento peligrosamente sedicioso, posteriormente como una moda alienante y más recientemente como aberrante música satánica.

La Iglesia católica ecuatoriana se pronunció en torno a los peligros que generaba entre los jóvenes escuchar este tipo de música, puesto que el rock,según la Iglesia, era el mejor vehículo del satanismo. No bastando con esto, la Policía Nacional asumió que las declaraciones del Presidente y las pronunciaciones de la Iglesia debían convertirse en una política de Gobierno.

Como consecuencia de ello, en varias ciudades del país se inició un proceso sistemático de represiones contra los jóvenes rockeros.

Se delimitaron espacios públicos para conciertos, creando conciertos ilegales, donde los rockeros tenían que buscar espacios no adecuados para desarrollar su cultura, debido a ésto se sucita una gran tragedia el 19 de abril del 2008, donde la empresa ensamble of shadows producciones montó un espectáculo en la discoteca FACTORY que terminó en tragedia para 14 jóvenes que murieron y 34 heridos.

Ésta es la evidencia de una gran pérdida para el movimiento rockero ecuatoriano, y la falta de espacios públicos.

Aunque ya se han abierto espacios para las culturas urbanas, todavía existe persecución por parte de la policía.

Ridiculizados, discriminados, incomprendidos, perseguidos y hasta prohibidos, estos grupos surgen de una sociedad intolerante, a la que le cuesta aceptar que los jóvenes den rienda suelta a su irrefrenable impulso de ser libres y únicos.